Por Ivánckaroo Banzai
«¡¿Midicloqué?! ¡¿Mandelocuálo?!»
Para resumir este Episodio 1 de La Guerra de las Galaxias, nada mejor que recordar la anécdota de cómo Terence Stamp, preguntando a George Lucas dónde estaba Natalie Portman para ensayar una escena, obtuvo un «ahí está, ensaya» señalando un papel pegado a la pared. Increíble lo de este divo de las artes, encantado de conocerse a si mismo y destrozar su propia obra con reediciones, remasterizaciones, escenas extra que nadie pedía, nuevos efectos que no pegan ni con cola, y un largo etcétera. Eso sí, hay que agradecerle haber tenido dos momentos de inspiración en su vida, en los cuales sableó sin misericordia a Akira Kurosawa, y películas de aventuras de los años 40 para darnos a Darth Vader e Indiana Jones, dejándolos en manos más competentes que las suyas (Spielberg, Kashdan, Keshner).
Jake Lloyd tritura con su actuación de Darh Vader niño todo lo que imponía su yo adulto y Natalie Portman hace de botijo, eso sí, muy guapa. Pero poco más se puede esperar de un tipo al cargo que se la trae floja dirigir a los actores. Ya sólo por eso declaro mi más profunda admiración por todo el plantel.
Nota: 2