Juanjo Baquedano
1 · Kendrick Lamar – To Pimp a Butterfly

Para un amante de Visions, el anterior disco de Grimes, el siguiente paso de Claire Boucher se podría haber adivinado (posiblemente) aprovechando el sonido pop con los suficientes ingredientes de electrónica para transformarlo en una suerte de disco arty y suficientemente experimental. Pero miren ustedes por donde que la de Vancouver aparta sus sonidos más experimentales, recoge guitarras, pianos y violines y construye (sí, ella misma produce todo a su antojo) quizá sonidos algo más convencionales sin abandonar su propio discurso ni venderse al “diablo” del mainstream. Está claro que con la actual fórmula se le abrirán muchos caminos y llegará a una mayor masificación de público, pero la esencia del pop fresco y, sobre todo, mágico y contagioso hecha a base de cacharrería está perfectamente realizada en bastantes temas del álbum (véase Realiti, Flesh Without Blood, California, Kill V. Maim o la colaboración de Janelle Monae de Venus Fly). Quizá se descuelgue un poco en otros temas menos perfectos (cuando aparecen los temas menos movidos), pero los puntos fuertes y pegadizos son tantos que merece estar en lo alto del podio del 2015.

Tras el arrollador éxito de Lonerism, Kevin Parker ha puesto de acuerdo a toda la crítica con su sucesor Currents, que describen como “epifanía” el uso de sintetizadores, junto a las habituales, bases 70, psicodelia. Y alaban la producción llegando al punto de afirmar que ha escrito sus mejores canciones de pop psicodelico hasta la fecha. Recuerdos de The Cars, Beach Boys y Tears for Fears. Canciones destacadas: The Moment, The Less I know the better, Nangs, Let It Happen. Manuel Mercado
Si hay alguien capaz de desnudarse a través de instrumentos de cuerda con voz (mágicamente doblada), mostrando su cara más nostálgica y vibrante, ese es Sufjan Stevens. Todo un maestro de las distancias cortas que, desde la grandilocuencia de The Age of Adz, quizá se echaba de menos esa cercanía. Madre y padre acaban siendo el epicentro del disco, tejido a base de ukelele, banjo, guitarras y unas mágicas voces que demuestran la sensibilidad innata del de Detroit. Volviendo al indie folk menos majestuoso por fuera, pero quizá más suculento por dentro. Desnudez, sencillez y brillantez está al alcance de demasiadas pocas personas para que nos olvidemos de ello; Sufjan juega en otra liga, lo sabemos todos: Se desnuda, nos mira fijamente durante 45 minutos y no podemos hacer otra cosa que rendirnos, llorar o enamorarnos con él. Samuel Benito
Darling Arithmetic es un disco lleno de canciones sobre el amor, o más bien, la ansiedad que en ocasiones nos provocan las relaciones afectivas modernas. Todo contado con la susurrante voz de Connor O’Brien a la que se añaden unos cuidadosos arreglos de guitarra acústica, piano y toques de electrónica. Todo sútil y simple pero no por ello carente de magia. Una delicia. Cris B. Cano
17 · Baroness – Purple
18 · Algiers – Algiers
2015 no has devuelto al mejor Robert Forster tras 7 años de sequía. Songs To Play es en boca de su autor «el comienzo de una nueva etapa». Es mucho más que eso. Si un hombre es todos los hombres que ha sido aquí nos encontramos a todos los Robert que admiramos. A su elegancia, a su forma de cantar, a sus letras, a su forma de tocar la guitarra (inmensa) y a su ausencia de artificios siempre a favor de la canción. Y son nada menos que 10. Él que ha fantaseado con discos de madurez de algunos de sus ídolos nos regala el suyo. Es un privilegio. Yo solo puedo darle las gracias.No nos dejes nunca. Cris B. Cano
Seis años habían pasado desde aquel asombroso Get color, y aunque de primeras Death Magic puede parecer que se desprenda de la brutalidad y el muro sónico que había en su debut, no lo es para tanto. Sus viejos ticks, que aún están ahí, han sido absorvidos por un sonido más cercano al pop, con ecos a Depeche Mode o Pet Shop Boys por citar algún ejemplo. Los que supimos apreciar la magnífica banda sonora que hicieron para el videojuego Max Payne 3 ya vaticinábamos una madurez hacia estos sonidos. Iván Fanlo
Disco largo de los que antes llamábamos dobles, el homage a Joy Division en la portada ya es un aviso de donde se pretende ir. Un disco crudo, áspero, nada festivo. Un disco en el que cada rima es un zarpazo con carne en las uñas. Vince se destapa como una autentica fuerza de la naturaleza, bases minimales, oscuras, ambientes opresivos, llegando a ser hipnóticos, por su fuerza, Norf norf, Street Punks, Loca, Surf, cortes sobresalientes del disco. Manuel Mercado
Los británicos progresan adecuadamente. En este su cuarto trabajo mantienen una linea de continuidad respecto a su aclamado predecesor Holy Fire. En What Went Down mantienen esa facilidad pasmosa tanto para sus ya populares muros de sonido (What Went Down, Mountain At My Gates o Snake Oil) como para canciones preciosistas de factura sintética (London Thunder) o su capacidad innata para fabricar melodías pop infecciosas (Lonely Hunter, Albatross) que bien podrían entrar en cualquier lista de éxitos. A diferencia de otros grupos coetáneos (pienso en Alt- J) que también basan su sonido en las texturas y las capas, pero que se pierden en recovecos estilísticos, Foals jamás pierden de cara la canción. Algo que es muy de agradecer en estos días. ¿Un pasito más de los de Oxford hacia la cima? Juanjo Baquedano
A ritmo pausado, con bases y melodías suaves y volátiles, Young Thug trata de jugar en la liga de utilizar pocos elementos, rimar con lentitud y utilizar una muy buena producción para tratar de mostrar una cara oportunista y algo más etérea que sus coetáneos. Y realmente lo consigue en algunos momentos espléndidos, como Dome, Check, With that… donde aparecen unas bases realmente inspiradoras. Más cercano a un cantante outsider-pop por momentos que un rapero destripando y escupiendo rimas al uso, el disco posee recovecos que se descubren con posteriores escuchas, magnificando el sentido de un álbum que tiene mucho que aportar a la carrera de Young Thug. Inspirador comienzo de este rapper cuya polémica con Lil Wayne por el título del álbum (tuvo que cambiar el título por “acercase demasiado” a las secuelas de Lil Wayne) ha tenido un desenlace más fructífero del esperado. Next level. Samuel Benito
Cuando hablamos de Joanna Newsom és díficil no posicionarse. O la amas o la odias. Yo soy de las primeras. Me fascina adentrarme en su universo, bucear en sus historias, sonoridades e infinitos recovecos. Es este su disco más accesible, compacto y completo, aunando las virtudes de los 3 anteriores. Un disco sobre el amor y la muerte y de como encontrar lo primero le ha hecho temer lo segundo. Y es que a pesar de su aparente complejidad estética la idea que planea el disco es tan simple como que el tiempo pasa y hay que vivir el presente. Menos pensar y más disfrutar. Aquí nos deja un buen puñado de canciones para hacerlo. Celebremos la belleza a pesar de la tragedia que es a veces la vida. Cris B. Cano
Imposible no enamorarse del proyecto de Katie Crutchfield tras la primera escucha. Si eso ya te pasó, como a mi, con su anterior Cerulean salt, tras oir el primer corte de Ivy tripp (Breathless), ya sabes que no va a decepcionar. Canciones sencillas con un aire al mejor indie de los noventa(Pixies, Superchunk, Breeders…) y una voz maravillosa hacen de Waxahatchee sus puntos fuertes. Bonito de principio a fin. Iván Fanlo